lunes, 1 de noviembre de 2010

La pyramide humaine

"La pirámide humana", (1959).
Dir. Jean Rouch



En la "Pirámide Humana" Rouch, con un estilo en plena madurez, apuesta todas las convenciones fílmicas tanto de documental como de ficción para arriesgarse a un experimento cinematográfico sin apellido. Es decir, crea una pieza basada en la experiencia, una expresión del en donde su objetivo es el de provocar mediante una puesta en escena.

Ahora nos transporta a Costa de Márfil, su objeto de estudio: La relación social entre jóvenes africanos y europeos
El entorno: un liceo en donde conviven los dos grupos
El resultado: incierto.

A los "actores" naturales, se les deja establecido una serie de premisas, como por ejemplo, la llegada de una nueva estudiante la cual generará interés de parte de los miembros masculinos y sobre todo una sugerencia de ideología de las cuales construirán sus diálogos y acciones, basadas en la diferencia racial y los estereotipos que se tienen entre los 2 grupos.
De este modo los 2 grupos empiezan separados, observándose con curiosidad y deliberando si en algún momento podrían llegar a ser amigos africanos y europeos.

La cámara es la de una "mosca en la pared" observadora de los acontecimientos, sólo al principio el director establece las condiciones. Edgar Morin, filósofo Francés establece lo siguiente: "El cine de lo real se concibe sólo al establecer el problema de la realidad".

Rouch sabe que el problema reside en el contexto social en el cual crecieron los dos grupos, pero quiere llegar al fondo, esclarecer el problema de parte de la boca del conflicto en una época en donde el racismo y el sentimiento de opresión por parte de los conquistadores europeos era un tema aún más polémico que en nuestra época.




Los protagonistas dejarán hablar a su interior mediante la improvisación, muchas veces sin darse cuenta y son esos vislumbres de realidad lo que hace al filme especulativo, llamativo e incluso me atrevo a decir, morboso.
Su estructura dio paso a otros documentalistas a realizar el mismo experimento, por ejemplo: Carlos Bolado en "Promises", establece la situación juntando a niños Judíos y Palestinos, cada uno con su propia visión de lo que es vivir en Jerusalén, mediante juegos expresan sus sentimientos, pero 3 años después han perdido la inocencia y los estereotipos marcan su ideología. Rouch parte de la pérdida de la inocencia, llevándolos a la confrontación como un detonante para el cuestionamiento de sus acciones.


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