"Los amos locos"
Dir. Jean Rouch
Francia, 1955
Jean Rouch, se podría decir que amó a Africa tanto, que murió ahí, a penas en el 2004. Después de 60 años de hacer documentales en África, interesado por su cultura y tradiciones, así como su perspectiva hacía el mundo del "hombre blanco". Llegó a Nigeria por casualidad, como supervisor de una construcción y regresó años después como antropólogo y claro, Cineasta.
"Los amos locos", es su cuarto documental en donde nos expresa en su más grande esplendor el gran interés que tenía sobre los rituales y ceremonias de ciertos grupos en Nigeria. Para 1955, año de realización del documental Rouch ya había explorado los "rituales de posesión", pero fue con este corto que creó una gran polémica, debido a su tema, considerado racista, tanto por parte de los Europeos como de los Africanos.
El filme prohibido durante algunos años en Nigeria y en otros territorios ocupados por Inglaterra como Ghana, se refiere al rito de posesión del movimiento Hauka, en donde los participantes entran en trance elaborando una especie de ceremonia militar para convertirse en los administradores coloniales franceses, en un intento como de retomar sus poderes perdidos.
El antropólogo James G. Ferguson comenta que lo hacen para ganar respeto y derechos dentro de la sociedad colonial.
Es un intento de emular a sus opresores incluyendo ceremonias africanas. El simple hecho de emular, genera una actitud de inferioridad hacía los invasores, lo cual encendió el repudio por parte de la "resistencia" africana.
Dentro de la ceremonia también hay un sentido de confesión, se eximen los pecados y las fallas para volver a ser puro.
La ceremonia me recuerda al prefacio de la novela: "Historia de la O", escrita 1954 por Pauline Réage y titulado: "La Felicidad en la Esclavitud” en el cual se maneja la relación: esclavo-opresor después de la abolición de la esclavitud, se cuenta una historia que sucedió en Barbados, en donde a pesar de que los africanos odiaban a sus opresores, los imitan, desean por un momento compararse con ellos pero finalmente terminan volviendo a las mismas costumbres de cuando eran esclavos, sin poder escapar de su mentalidad.
Siento una similitud a la comparación que hace Jean Rouch, siempre como observador invisible. Los Hauka son ciudadanos ordinarios, Rouch indica que posiblemente son los mejores, algunos son mineros, otros vigilantes y otros trabajan en una construcción, bajo el sol. Pero secretamente se organizan para realizar sus fiestas en donde "juegan" a ser generales franceses por un momento, hay jerarquías, se convierten en su opresor y cuando regresan a la ciudad, vuelven con su mejor sonrisa a volver a ser los mejores obreros posibles.
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